Peonza.

Disfrazalo de desorden, que quizás así se te olvide acordarte de arreglar las cosas. Muchas veces, la mayoría, será lo más fácil, la solución más asequible. Otras, supondrá un golpe bajo mucha más grave que una patada en los huevos. Buscale una metáfora poética, y asegúrate de hacerlo constante, frustrante y devoto, que de esta manera los sentimientos los guardarás a flor de piel bajo una capa de escarcha potencialmente descongelable. Un rocío, como una caricia, que te hiela la sangre. Si no es una cosa, es la otra. Como una peonza, giras a una velocidad vertiginosa, ora mareado ora con la vista fijada en un punto central. No vale la pena, si no es a partir de pastillas un poco más autosuficientes. Regálale al genio maligno todos tus sentidos, y deja el caos para cuando las cosas vayan peor, y céntrate en hacer lo mejor... sin ellos.

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Gira, gira la roda

atreveix-te a questionar els paranys.