
un fantasma que busca una cadena a la que atarse
con tal de no ser llevado por las corrientes de aire.
un eco que se resigna a no ser escuchado
y viaja libre en repeticiones convergentes.
un sinfín de venitas que rodean mi cuerpo etéreo
tan prisioneras me hacen como el resplandor del sol que abruma.
un aliento que desdichado y esperanzado
es soltado en un grito de histeria en un momento de guerra.
un millón de respuestas que me mantienen a la espera
son contestadas por la mitad y casi se tornan en otras cuestiones.
un mechero que enciende un cigarro después de medianoche
que tranquiliza sin pesar mis más remotos pensamientos.
un ayer que no es mañana ni presente ni es nada
solo un recuerdo en el que divaga lo más profundo de mi alma.
un alivio que enternece cada palabra sin rima
que me cantas y me erudita de una forma poco frecuente.
un mañana que no es mío en el que veo un farolillo
que ilumina un camino que de negro se ha vestido.
un cometa que me lleva por lo más vacío de ese brillo.
un instante que me llena los pulmones de aire.
un momento pido para retroceder y contemplar que ha sucedido.
un porqué, un no sé qué, que aclare que es lo que siento.
Pues soy yo, quien por dentro, lleva el tormento.
Me cansa este lugar peculiar que yo mismo he creado.
Unas veces lo supero y de otras me siento en el suelo.
un fantasma que a base de alegorías divaga sobre lo ocurrido
Pues soy yo quien de ti ha hecho un crimen,
y ha pintado las paredes de un gran elocuente hastío!
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